María Remedios del Valle fue una
de las llamadas «niñas de Ayohúma», aquellas que asistieron al derrotado
ejército de Manuel Belgrano en la batalla de Ayohúma. De origen afroargentino,
actuó como auxiliar en las Invasiones Inglesas y tras la Revolución de Mayo
acompañó como auxiliar y combatiente al Ejército del Norte durante toda la guerra
de Independencia de la Argentina lo que le valió el tratamiento de «capitana» y
de «Madre de la Patria» y, al finalizar sus días, el rango de sargento mayor
del Ejército.
Nacida en la ciudad de Buenos
Aires, entonces capital del Virreinato del Río de la Plata, parda según el
sistema de castas, durante la Segunda invasión inglesa al Río de la Plata,
María Remedios del Valle auxilió al Tercio de Andaluces, uno de los cuerpos
milicianos que defendieron con éxito la ciudad, y según el parte del comandante
de ese cuerpo «Durante la campaña de Barracas, asistió y guardó las mochilas
para aligerar su marcha a los Corrales de Miserere».
Al producirse la revolución del
25 de mayo de 1810 y organizarse la primera expedición auxiliadora al Alto
Perú, conformando lo que luego se denominaría Ejército del Norte, el 6 de julio
de 1810 Del Valle se incorporó a la marcha de la 6° Compañía de artillería
volante del Regimiento de Artillería de la Patria al mando del capitán Bernardo
Joaquín de Anzoátegui, acompañando a su marido y sus dos hijos (uno adoptivo),
quienes no sobrevivirían a la campaña.4
María Remedios del Valle continuó
sirviendo como auxiliar durante el exitoso avance sobre el Alto Perú, en la
derrota de Huaqui y en la retirada que siguió. En vísperas de la batalla de
Tucumán se presentó ante el general Manuel Belgrano para solicitarle que le
permitiera atender a los heridos en las primeras líneas de combate. Belgrano,
reacio por razones de disciplina a la presencia de mujeres entre sus tropas, le
negó el permiso, pero al iniciarse la lucha Del Valle llegó al frente alentando
y asistiendo a los soldados quienes comenzaron a llamarla la «Madre de la
Patria». Tras la decisiva victoria, Belgrano la nombró capitana de su ejército.
Tras vencer en la batalla de
Salta, Belgrano fue derrotado en Vilcapugio y debió replegarse. El 14 de
noviembre de 1813 las tropas patriotas se enfrentaron nuevamente a las
realistas en la batalla de Ayohúma y fueron nuevamente derrotadas. María de los
Remedios del Valle combatió, fue herida de bala y tomada prisionera. Desde el
campo de prisioneros ayudó a huir a varios oficiales patriotas. Como medida
ejemplificadora, fue sometida a nueve días de azotes públicos que le dejarían
cicatrices de por vida. Pudo escapar y reintegrarse al ejército argentino donde
continuó siguiendo a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes y Juan Antonio
Álvarez de Arenales, empuñando las armas y ayudando a los heridos en los
hospitales de campaña.
Finalizada la guerra y ya
anciana, del Valle regresó a la ciudad de Buenos Aires, donde se encontró
reducida a la mendicidad.
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